Sentada al frente de aquel mar,, Rendida, su cuerpo acomodó; Busco en el juego de aquellas aves, Compañia y no quedar a solas con su dolor.
No pudo decir que era el fin, No pudo pronunciar, la palabra final; No quiso herir, más su corazón., Le vio, lo tuvo, y lo perdió.
Era una muerte anunciada, escrita, Lo sabía su alma, aquella tarde inquieta, Gano, la conciencia, y no pudo seguir, Mas, quedo el aroma, y la noche se hizo así.
Volverá, a caminar, el día de mañana, Volverá a volar, como solía, Sin él.
Hoy no siente tristeza, siente paz, Hoy no siente amargura, un poco de soledad, Y se pregunta, ¿Qué sentirás?
Mariposa.
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"¿Qué sentirás?" si... esa es la gran pregunta. Tantas veces intento descubrir lo que hay que hay en la cabeza de la persona que tengo delante...
Un besito,
Lena